Perfil y el Apocalipsis

Hace tiempo que el diario Perfil viene anunciando el Apocalipsis. En la columna del periodista José Eliaschev, una prosa forzadamente compleja está puesta al servicio de una idea bastante simple: el país camina inexorablemente hacia la decadencia.En sus notas abundan, entre otras cosas, las generalizaciones injustificadas. Ya se sabe que Eliaschev acusa al Gobierno de todo tipo de infamias, pero no explica por qué éstas deberían hacerse extensivas a toda la sociedad. Sus temas son siempre grandes y «la Argentina» es su objeto privilegiado de análisis. Y esa Argentina, diagnostica, «padece de proverbiales excesos emocionales», «un estado de ira sacralizado», «una notable compulsión al atraso». Nuestro país, continúa,«respira con una sospechosa y absurda taquicardia», «parece un organismo híper medicado y turbulento» y padece «una debilidad emocional reveladora de una poderosa inmadurez colectiva».
Abruma no sólo la redundancia, sino también el tono acusatorio, aristocrático y hasta racista con el que se condena a la plebe y su «lenguaje anoréxico» o a la televisión y su «deleite insaciable por lo subalterno». Principal y subalterno, alto y bajo, culto y vulgar, son categorías que aparecen una y otra vez en las columnas semanales de Eliaschev, y constituyen los criterios según los cuales se ordena el mundo desde esta página del diario Perfil. Abajo está la plebe, el Gobierno, la televisión, todo lo malo que le pasa a este país. Arriba, muy arriba, el autor, diagnosticador de patologías sociales, adjetivador incontinente y especialista en verdades con mayúscula. M. G.
Acción Nº 1058, segunda quincena de setiembre de 2010.


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